martes, 20 de octubre de 2009

¿QUÉ CAMBIO Y QUÉ NO DESDE 1968 HASTA 2009?



Mayo Francés y actualidad argentina

Es muy fácil decir que en la sociedad quienes tienen poder son aquellos que cuentan con capital económico. De hecho la posibilidad de acceder a la satisfacción de las necesidades básicas lamentablemente depende de ello. Pero lo curioso es que quienes ostentan este dominio son en cantidad menor al resto de la sociedad. Es por eso que, si quienes son miembros mayoritarios de la sociedad se dieran cuenta del poder que verdaderamente tienen, producirían cambios muy importantes.

Un ejemplo de esto es lo ocurrido en el mayo francés del 68, en el que obreros y estudiantes se juntaron para reclamar, no un cambio en la sociedad, sino un cambio de sociedad. Un cambio en las mentes de quienes la conforman para así generar un mundo en el que el motor sea el propio intelecto y quienes manden sean los propios receptores de las medidas tomadas. La unión de los miembros básicos del sistema y de quienes tenían herramientas educativas para concienciar al resto de la sociedad movilizó a millones de personas aquel mes y si bien no lograron ese cambio tan radical, sentaron las bases para el reclamo de derechos justos, tanto de trabajadores como de estudiantes.

Lamentablemente, el paralelismo que se puede hacer con la situación de la fábrica Terrabusi en la Argentina no es tan feliz. Si bien en 2009 y en 1968 los acontecimientos se dieron en un país completamente distinto y en una situación social radicalmente diferente, resulta extraño que lo único que siga constante sea el mantenimiento del poder por las clases más pudientes y que sobre todo, se haya incrementado el desinterés sobre la situación social que se vive.

En la calle, la gente se queja por los cortes. Pero se queja desde una postura individualista, sin preguntarse por qué se está dando el conflicto, cuáles fueron sus causas y mucho menos qué raíz tiene (jamás van a preguntarse sobre el mayo francés) Vinen una rutinaria vida dentro de su auto, del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, contribuyendo con el mantenimiento del sistema sin saber que la mitad de sus hermanos argentinos es pobre, y aún peor, sin que le interese. “No queremos un mundo en donde la garantía de no morir de hambre, supone el riesgo de morir de aburrimiento”, decían los estudiantes allá en Francia. Tan actual que resulta increíble.

Nadie se hubiera enterado de que algo pasaba en el juzgado de San Justo el 23,24 y 25 de septiembre de 2009, si no había un corte parcial en la calle Arturo Illía,de hecho la mayoría de la gente jamás se enteró de que aquellas personas estaban reclamando la libertad de dos presos a los que la misma policía tomó como chivos expiatorios por un crimen. Sea verdad o mentira, esta situación delata el contexto de corrupción que existe en la policía bonaerense.

Por eso, aquel dicho “la barricada cierra la calle, pero abre el camino” nunca fue tan actual como lo es hoy. Abre el camino al pensamiento, al interés por lo que pasa, a la acción, a no quedarse “confortablemente adormecido” en el lugar que ocupa en la sociedad, o el que le dieron. No conformarse. Pensar qué es lo que se puede cambiar ¡y hacerlo!, sin quedarse con la opinión simplista que muestran las empresas de comunicación de cómo se obstruye la calle, por que por eso lo hacen, porque no hay un compromiso real por parte del ciudadano argentino para cambiar su situación, y de esa manera perpetúa aquel sistema que lo puso en donde esta.
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