lunes, 27 de abril de 2009

LOS NIÑOS MERCANCÍA

En Argentina hay una realidad escalofriante: existen miles de niños sin identidad. Son niños con un pasado negado, una realidad no contada y que viven en un país cuyo sistema no le permitirá jamás saber de dónde vinieron. Todos callan su procedencia. No son extraterrestres, ni nietos todavía buscados por las abuelas de plaza de mayo. Son niños que fueron vendidos por sus padres por un sueldo de 500 pesos por mes durante un año y una suma de unos cuantos miles de pesos.

Parece mentira que en un país que ha sufrido una experiencia tan dolorosa como una dictadura militar en la que hubo desaparición de personas y expropiación de bebés exista un sistema que tire a la basura todo ese pasado y permita que haya gente que pueda comprar como si de cualquier mercadería se tratara, a otro ser humano. Es el capitalismo en extremo, transformar a una persona en un “bien y servicio”.

Esto ocurre en provincias como Misiones y Santiago del estero, en las cuales según la Fundación Adoptar, se encuentran los dos epicentros más importantes de este mercado. La modalidad implementada conlleva el trabajo de mucha gente. Existen los llamados “buscadores de panzas”, que son personas que trabajan en hospitales y detectan a embarazadas que pueden llegar a ser posibles vendedoras y esto lo hacen teniendo en cuenta su precaria situación social y económica. Ellos contactan a los posibles compradores y los acercan a las diferentes propuestas de venta para que puedan elegir una mercadería que no es nada más ni nada menos que su hijo.

Ahora bien, ¿qué lleva a una mujer a querer vender su criatura?, es porque hay alguien que busca para comprar, entonces ¿qué lleva a una pareja a querer adquirir en forma monetaria a este niño? En las leyes de adopción en Argentina y la burocracia que existe para la adopción se encuentra la respuesta. Una pareja desesperada por ser padres buscó primeramente por la vía legal, y al no encontrar respuestas recurre a este medio para “concebir” a su hijo.

Como es obvio, en todo tipo de mercado en el sistema capitalista existen los que más tienen y los que menos tienen. Los índices alarmantes de pobreza y desnutrición infantil, la falta de medios dignos de vida, de salud y educación llevan a una madre a recurrir a esta opción como para poder subsistir. Si bien en una situación de emergencia cualquiera podría pensar que ese niño o niña ahora va a tener un mejor futuro, ahí, en ese pensamiento simplista se olvida que todos los argentinos deberían gozar de condiciones de vida dignas para no tener que recurrir ni a la esclavitud, ni a la delincuencia ni incluso a la venta de un bebé.

¿Qué deberá cambiar? Pues bien, todo. Los médicos corruptos que propician esta modalidad, la falta de control al realizar las partidas de nacimiento y por sobre todo las leyes de adopción, que sin lugar a dudas no son flexibles. Y lo que más deberá cambiar es la mentalidad de los argentinos, porque no se puede volver en el tiempo sobre lo que ya se ha aprendido y hacer nuevamente la crueldad de negarle a una persona su pertenencia más básica y necesaria: su identidad.

ENLACES:
www.adoptar.org.ar
http://www.misionlandia.com.ar/index.php/misiones/politica/567-siguen-las-acciones-contra-el-trafico-de-bebes.html