martes, 24 de noviembre de 2009

LEY DE MEDIOS: LA REALIDAD MAS CLARA QUE EL AGUA

¿Qué se puede decir en la Argentina sobre los medios de comunicación masivos? Que son empresas, que lucran con un interés económico más que comunicacional y que, al decir aquello que dicen, están cargados de una subjetividad extrema, así como la de sus receptores.

Ésto se ha visto más claro que el agua los últimos meses con respecto al tema de la ley de medios de radiodifusión impulsada por el gobierno en la que la polémica mayor se encuentra en la obligación a las cadenas televisivas y radiales que hoy se conocen a limitar sus emisiones a un radio limitado y a vender sus licencias en el plazo de un año. Y ahí se escucharon los gritos de Clarín y La Nación, entre los diarios más afectados por esta norma.

Particularmente, en el caso de Clarín, es un ejemplo de lo monopólicas que son las cosas hoy en día en cualquier aspecto de la vida cotidiana, tanto económico como plítico o social. El grupo dueño de este diario es dueño de todo aquello que tiene que ver con la comunicacoón en este país, desde medios gráficos, radiales, editoriales, canales de televisión y hasta las factuiras que cada argentino debe pagar por su consumo hogareño de luz o gas, por ejemplo.

Y ahí fue cuando los periodistas mostraron su verdadera cara y se volvieron caricaturescos y ya Santos Biasati, por ejemplo, que era el paradigma del buen periodista para las personas de clase media de entre 30 y 40 años por su credibilidad, se volvió tan chistoso en su figura de marioneta que ¿quién puede creerle? Y así todos los periodistas y todos los meduios que pertenecen al grupo.

Las tapas del diario Clarín parecían haberse dado vuelta con una espátula cual panqueque, si se permite esta expresión. Eran ellos quienes apoyaron la candidatura de Kirchner, pero cuando el gobierno de su esposa tocó los intereses del campo, ámbito en el que el grupo al que pertenece también tiene insidencia, todo se volvió oscuro, y a dejarse llevar por sus dichos, estamos en la antesala de una nueva dictadura militar.

Por eso hay que qagradecer esta ley, porque más allá de permitir el resurgimiento de los medios locales, que han caido víctimas de los monopolios y que darán trabajo a miles de periodistas, locutores y comunicadores en general, permite ver muy claramente "quiénes nos dicen qué y para qué". Clarín es un ejemplio, pero su opuesto, Página 12, también lo es. Gracias a esta situación se está alejando cada vez más de los periódos antidemocráticos, pero teniéndolos mñas que presentes, porque ahora muchas voces podrán ser escuchadas, ya estén a favor, ya estén en contra, ¡PERO ESTÁN!


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