martes, 24 de noviembre de 2009

SR. JOSÉ PABLO FEINMANN:

He leido su artículo y la verdad es que em he sentido muy tocada. Ha sido para mi un reto más que una llamada de atención para mi generación y para mi misma particularmente. pero hay ciertos puntos que creo Usted no ha tenido en cuenta.


Si mi generación (la de fines de los 80 y principios de los 90) es así ¿no ha pensado Usted que es porque nuestros mayores , es decir, su generación, no nos ha enseñado e inculcado los valores plíticos e ideológicos por los que ha luchado? ¿Tiene la culpa una generación que no sabe por qué se le debería erizar la piel cada vez que dice "Perón"? En mi muy humilde opinión, no.


El fracaso de su generación no radica en los años que duró la dictadura, ni en que no se haya establecido un gobierno comunista en nuestro país. Radica, referente mío, en que nosotros no sepamos por qué han peleado, lo mucho que han sufrido ni por qué estamos ´como estamos, en todo caso. Su racaso radica en que se me acaben las fuerzas cada vez que tengo que luchar por algo que me parece injusto, porque jamás me han dicho que lo que estoy haciendo está bien y es lo correcto, porque cuando me han dicho "a vos te tengo que fusilar" en pleno año 2009, en una universidad pública, nadie me ha escuchado. En que mis esfuerzos siempre me parezcan insuficientes. Y estoy hablando de un caso particular de los que debe haber miles de millones lamentablemente.


Lo que en realidad rescato es su llamado de atención, pero también me da unaescalofriante sensación de confirmación de mis miedos que es que en realidad no puedo hacer nada porque como usted lo dijo "todo lo han hecho ustedes".


Nuestra generación es hija de la suya y lo que admiramos es ese coraje, esa valentía, esa necesidad rwevolucionaria de cambiar las cosas. esa fortaleza que los llevó a ser torturados, muertos por una idea. Ojalá pudiéramos sentir lo mismo. Ese sentimiento que parece Usted expresar en su texto, que seguramente llenaba su pecho y le hacía que sólo podría vivir con esa idea, porque era tan completa que no haría falta comer ni beber. Lloro en ese momento porque pase algo que me haga sentir lo mismo. Pero su generación no me lo ha enseñado, no me ha dicho que puedo hacer algo. Me ha criado como una "perejil" en vez de como una revolucionaria.


Y ahí está su fracaso.


desde ya, mis más sinceros respetos y admiraciones.


MARINA P. BOLÓ


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